Una de las Rondallas más conocidas de la provincia es esta, que habla del hueco que le falta a la montaña del Puig Campana y que cayó al mar formando el islote de Benidorm. Esta es una historia oral recogida por Finestrat y por diversos puntos de la Marina Alta.
En tiempos remotos vivía en la sierra un gigante llamado Roldán, que era el dueño y señor de aquella montaña en la que vivía solitariamente. Un día mientras bajaba al mar para bañarse se encontró con una bellísima joven. Quedó encantado con ella y desde ese instante ya no se separaron. Se habían enamorado perdidamente y Roldán la condujo a su cabaña en la montaña, donde vivirían. Pero la felicidad no duró mucho, pues un día en que el gigante volvía a la cabaña una ser extraño y oscuro le dijo:
- "Corre si quieres salvar a tu compañera pues cuando muera el día acabará también su vida"
Roldan corrió hacia la cabaña y efectivamente, la joven estaba muriéndose. El gigante quedo paralizado sin saber que hacer. El sol seguía avanzando hacia su ocaso, y él seguía repitiendo en su cabeza la frase que le había dicho el ser extraño. Enloquecido de ira corrió hacia la cumbre del Puig Campana, tras cuya ladera iba ocultándose el sol, y de un furioso puntapié arrancó un enorme pedazo. Este salió por los aires y cayo al mar. Por ese hueco siguió penetrando luz durante unos minutos más, pero el sol siguió su huida y la joven al final pereció.
El Puig Campana y el "bocado" realizado por Roldán |
Se hizo de noche y el gigante caminaba errante con la joven en brazos, hasta que el reflejo de la luna en el mar llamó su atención. Se dirigió hacia el mar siguiendo este reflejo, que le llevo al fondo del mar para llegar luego a la isla recién nacida. Allí depositó su cuerpo en una cavidad de la isla. Roldán no quiso regresar pues había prometido que nunca la abandonaría y que la protegería por toda la eternidad.
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